
El estudio fue de tipo caso-control. Los investigadores evaluaron un indicador de la fortaleza del hueso, la densidad mineral ósea, en la columna y fémur de 194 mujeres posmenopáusicas de 47 a 68 años. La mitad de las participantes había bebido más de un litro diario de mate durante al menos tres décadas, mientras que el grupo “control” reunió a las mujeres que evitaban las bombillas. Los dos grupos tenían un consumo similar de calcio.El resultado no deja de sorprender: las “materas” tuvieron una frecuencia menor de osteoporosis (38 %) que las no bebedoras (66 %) lo que sugiere un efecto protector óseo. A diferencia de los lácteos, los beneficios del mate no se relacionan con su contenido de calcio. “Ciertos compuestos de la yerba, los flavonoides polifenoles, actuarían de forma directa sobre las células que forman y reabsorben el hueso”, especula Saraví. “Pero habría que estudiar el mecanismo”, agregó.
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